Dani, el perro y el descanso

Un amigo me ha pedido que publique el escrito, que más abajo copio, según el título parece más una historia bonita o infantil que no, el martirio por el que pasa Dani.
Por qué con el descanso no se juega!!
Anda que iba a ser yo tan cortés como él, recapacitemos todos después de leerlo. Ya que no cuesta nada pensar un poco en los demás...

Estimados vecinos,
Entiendo que no están en casa cuando su perro se pone a ladrar junto al cabezal de mi cama como un poseso. Por eso, por si no lo conocen, les explico las 5 modalidades de ladrido de las que pueden disfrutar y seguramente se están “perdiendo”. Para que puedan entenderlo mejor, les voy a asociar a cada modalidad el sentimiento que me provoca:

1) Gruñido + ladridos intermitentes provocados por el movimiento del ascensor: El gruñido se puede soportar, pero va acompañado de unos 8-10 ladridos que sobresaltan bastante cuando estoy durmiendo plácidamente en la cama. Es curioso, porque los ladridos se mantienen durante todo el paso del ascensor por nuestra planta, tienen un perro muy calculador. Esta modalidad me provoca susto e incertidumbre: me despierto de golpe y no se ni donde estoy.

2) Gruñidos + Ladridos intermitentes provocados por la circulación de gente por el rellano: En este caso, fíjense que la palabra “gruñidos” tiene una “s” más que intenta diferenciar esta modalidad de ladrido con la anterior. Yo se la explico, puesto que la conozco muy bien. Hay que tener en cuenta que esta modalidad está directamente ligada al personal que circula por el rellano y como actúa. Para entenderlo, debemos diferenciar entre 3 tipos de usuarios de la escalera:

a. Vecino que utiliza las escaleras correctamente: Es el típico vecino; el vecino que baja por las escaleras como podría bajar por el ascensor. En este caso su perro gruñe y ladra un par de veces en función (he podido deducir después de aproximadamente unos 7 meses de martirio) de si el vecino le es familiar o no. Por ejemplo, cuando paso yo ¡ni gruñe ni ladra! Aunque no me voy a hacer ilusiones, quizá cuando yo paso por nuestro rellano el perro está demasiado cansado de ladrar y gruñir durante toda la noche o simplemente el perro no está en casa. Normalmente el sentimiento en este caso es de indiferencia, no molesta puesto que mayoritariamente se da por el día.

b. Vecino paliquero o hablador: Es el típico vecino que utiliza el rellano como zona de recreo, diversión e intercambio de experiencias y así lo hace notar a todo el mundo parando en todas y cada una de las plantas. En este caso su perro se vuelve loco y no para de ladrar durante todo el tiempo que los huéspedes se encuentran en nuestra planta. El sentimiento varia proporcionalmente en función del tiempo que lleva el vecino en la planta: puede pasar de indiferencia a tensión si la conversación se alarga unos cuantos minutos.

c. Por último, el vecino que tiene problemas con la justicia: Es el típico vecino que baja acompañado por la policía gritando como un poseso. En este caso su perro actúa como en el punto b. pero con un poquito más de brío. No obstante, el sentimiento que me invade el cuerpo es de resignación.

3) Ladrido intermitente por moscas, mosquitos, cucarachas o simples ganas de ladrar de su perro: Durante toda la noche puedo disfrutar de ladridos intermitentes y fugaces que me convierten el acto de dormir en un proceso con muchos sobresaltos. El sentimiento es de aturdimiento.

4) El ladrido de media hora continuado (Por supuesto el más molesto): Consiste en no parar de ladrar entre las 8:30h y las 9:00 de la mañana, eso sí, manteniendo el ritmo para hacer del ladrido un sonido estresante a la enésima potencia. Como no, el sentimiento en este caso es de stress máximo.

5) El Ladrido despedida: Este ladrido es el mas heavy de todos puesto que la tristeza en los ladridos del perro culmina con un portazo que hace temblar las 4 paredes de mi habitación. A partir de aquí la fiesta del ladrido empieza

Estimados vecinos,
pedirles desde lo más hondo de mi corazón que no me hagan durante más tiempo partícipe de su peculiar amor hacia los animales. Justamente no tengo perro porque pienso que no es apropiado en una comunidad de vecinos pero les aseguro que aunque lo tuviera utilizaría herramientas de adiestramiento con él desde bien jovencito para enseñarle como debe y no debe actuar en cada situación (sólo necesitan un mini bozal para perros pequeños y un trozo de periódico enrollado. Recuerden que los animales aprenden por repetición, no son personas y no pueden entender las cosas como espero que ustedes entiendan este pequeño escrito). Por último, comentarles que esta prosa ha sido escrita bajo el uniforme sonido del ladrido de su perro (léase las 8:45h de la mañana) y con un sueño terrible ya que trabajo hasta bien entrada la noche. Puede que encuentren errores y faltas de ortografía que por supuesto poco me importa cometer si el contenido de mi carta acaba llegando a ustedes.

Si aún leyendo mi escrito, no entienden cual es el objetivo del mismo, se lo especifico aquí con claridad: ¿Pueden llevarse al perro a la otra punta de la casa para que no se sienta incomodado por lo que pasa en el exterior del piso? Como sugerencia, ¿Qué les parece el comedor? Por favor, eviten que el perro esté cerca de la puerta durante la noche y hasta una hora razonable: además de estar totalmente influenciado por lo que pasa justo detrás de la misma, mi cabeza colinda con su recibidor y sus ladridos llevan retumbando 7 meses en todas y cada una de mis neuronas. No hagan lo que no les gustaría que les hicieran.

Sin ánimo de haberles ofendido, se despide:
Su vecino del Ppal. Izquierda.

Me pregunto cómo habrá podido tener ese toque de humor y esa cortesía, después del dolor de cabeza que me ha cogido sólo de pensar este suplicio por el que pasa.